Teo Tinivelli y Dragonchat: la revolución argentina que quiere conquistar el mundo con IA y ventas

Desde sus primeros pasos vendiendo conocimiento en línea hasta liderar el desarrollo de una plataforma potenciada por inteligencia artificial, Teo Tinivelli se ha consolidado como una figura disruptiva en el ecosistema digital latinoamericano. 

El emprendedor argentino, fundador y CEO de Dragonchat.io, está liderando un cambio de paradigma en la manera en que se forman e implementan equipos comerciales en negocios digitales, combinando automatización, personalización y acompañamiento humano en un solo entorno.

Dragonchat no es solo un software. Es una herramienta diseñada para ayudar a vendedores, emprendedores y pymes a cerrar más ventas y hacerlo de manera eficiente, sin perder el toque humano. La visión de Tinivelli es clara: brindar superpoderes a los vendedores de a pie, convirtiéndolos en una especie de “Ironman comercial” mediante el uso de tecnología.

Automatización con alma: el “Audio Mágico”

Una de las funciones más innovadoras de Dragonchat es su “Audio Mágico”, actualmente en fase beta. Esta característica permite enviar mensajes de voz personalizados a múltiples contactos, utilizando la voz del propio usuario y mencionando a cada receptor por su nombre. “Por ejemplo, podés mandar un audio diciendo: ‘Juan, espero que vaya todo muy bien. Este viernes vamos a estar haciendo 2x1 en la pizzería y no quería dejar de avisarte’. Dragonchat hace que ese mensaje suene natural y personal para cada contacto, sin necesidad de grabarlo uno por uno”, explica Tinivelli.

Este tipo de herramientas refuerza uno de los pilares de la plataforma: la combinación entre escala y calidez. A diferencia de otras soluciones frías y robotizadas, Dragonchat apuesta a mantener la cercanía en la comunicación con los clientes, incluso cuando se manejan cientos de contactos al mismo tiempo.

Tecnología al servicio del vendedor

La plataforma permite distintos niveles de automatización, desde flujos completamente automáticos hasta esquemas híbridos donde el vendedor toma el control en momentos clave del proceso. Tinivelli utiliza una metáfora clara: “Dragonchat es como el traje de Ironman, pero el piloto siempre es humano. Nosotros no queremos reemplazar al vendedor, sino potenciarlo”.

Este enfoque se ha traducido en una adopción creciente por parte de pequeñas y medianas empresas. Desde barberías hasta negocios gastronómicos, Dragonchat está pensada para ser el "mejor amigo" del emprendedor moderno. Actualmente, la plataforma cuenta con más de 25.000 usuarios, y el objetivo a mediano plazo es ambicioso: alcanzar el millón de suscriptores.

Una mirada global con raíces locales

Si bien el camino de expansión natural comienza por Latinoamérica, Tinivelli tiene la mirada puesta en mercados mucho más grandes, especialmente India, donde aplicaciones como WhatsApp —el canal principal de Dragonchat— tienen cientos de millones de usuarios. “India tiene más de 850 millones de usuarios de WhatsApp, más que todo el resto del top-10 junto. El mercado es infinito”, afirma.

La referencia a OLX no es casual. Tinivelli recuerda cómo la plataforma, nacida en Argentina, se volvió un fenómeno en la India, al punto de que su nombre se convirtió en un verbo en el idioma local. Con Dragonchat, espera replicar ese fenómeno, apostando a una tecnología amigable, adaptable y de alto impacto en contextos masivos.

Del cierre de ventas al desarrollo de tecnología

Antes de Dragonchat, Tinivelli se hizo un nombre en el mundo del closing, la técnica comercial orientada al cierre de ventas digitales. Sus programas de formación, como el “Campamento de Ventas”, obtuvieron reconocimiento por parte de plataformas como Hotmart, que lo avalaron como referente en el ecosistema de cursos online.

“Hotmart es un micro-mundo muy específico. Dentro de ese mundo te abre muchas puertas, aunque hacia afuera no tenga tanto peso. Pero definitivamente me permitió construir autoridad y conectar con otros grandes del sector”, comenta.

El valor de enseñar lo que se domina

Tinivelli no es partidario de seguir modas ni de lanzar cursos por oportunismo. Su enfoque es directo: enseñar solo aquello que ha probado una y otra vez en carne propia. “Primero construyo resultados, y recién después empaqueto ese conocimiento. Vender desde la experiencia real te diferencia y genera confianza”, señala.

Parte de su metodología también se aleja del esquema de cursos grabados desde el inicio. Su recomendación a nuevos creadores es que empiecen enseñando en vivo, validen su contenido en interacción real con alumnos, y solo entonces pasen al formato grabado. “El acompañamiento y la implementación inmediata son clave. En nuestras clases se hacían llamadas reales a clientes, con seguimiento en tiempo real. Solo así el aprendizaje se convierte en transformación”, sostiene.

Hoy, programas que comenzaron costando $49 dólares se han escalado hasta los $15.000 en versiones personalizadas para equipos comerciales corporativos. Esta evolución habla no solo del crecimiento de la marca, sino también del valor percibido por el mercado.

Una mentalidad de largo plazo

Para Teo Tinivelli, el futuro está en la convergencia entre tecnología, educación práctica y expansión global. Dragonchat representa ese cruce: una plataforma que no solo vende, sino que forma, acompaña y transforma.

Y aunque su camino empezó en el mundo del conocimiento digital, su mirada ya está puesta en la tecnología como vehículo para el impacto global. “No se trata solo de vender más. Se trata de cómo usar la tecnología para que más personas puedan vivir mejor de lo que saben hacer. Y en ese camino, el vendedor no desaparece, se potencia.”