En 1952, el videojuego OXO, conocido como “tres en raya” marcó el inicio de una era en constante evolución, que se ha posicionado como uno de los sectores de mayor crecimiento económico durante los últimos años, la industria de los videojuegos. Por esto, alrededor del mundo se han desarrollado varias iniciativas que buscan motivar el interés de las nuevas generaciones en los videojuegos, no solo desde el punto de vista recreativo, sino convirtiéndolos en una fuente de trabajo.
El Torneo Game DevUp desarrollado por la Universidad Internacional SEK y Robotic Minds, fomentó el uso de la programación para la creación de videojuegos, a través de una competencia que impulsa la creatividad y capacidades de niños, jóvenes y adultos entre 6 y 27 años. El tema de esta edición estuvo centrado en la transmisión de mitos y leyendas del país, entre los que se presentaron varios proyectos basados en relatos como el Padre Almeida, Cantuña, la Cueva de los Tayos, entre otras.
Si bien la programación de videojuegos puede parecer un proceso complejo, en este torneo los niños descubrieron herramientas con las que pudieron hacerlo y aprendieron mientras jugaban. Por ejemplo, Kodu Game Lab les permitió aprender a través de la creación de secuencias y diversos personajes que están definidos en la plataforma. También contaron con Scratch, una plataforma desarrollada por el MIT, la cual funciona a modo de rompecabezas para unir los comandos de acción.
En las categorías más avanzadas, los participantes tuvieron la oportunidad de trabajar con herramientas profesionales de programación como Unity y Unreal, utilizadas por grandes compañías para el desarrollo de los videojuegos más famosos actualmente. Muchos de los participantes también desarrollaron sus propios elementos gráficos en otras plataformas como Blender.
Los ganadores de cada categoría fueron:
Categoría Beginner
Categoría Junior
Categoría Senior
Categoría Pro
Para Cindy Chavet y Sofía Ojeda, esta ha sido una experiencia increíble al programar un juego en poco tiempo. Su juego se basó en la creencia huaorani del Árbol de las almas y la reencarnación, y su estilo busca tener varios finales dependiendo de las decisiones del protagonista. “Queremos seguir desarrollando este juego, que las personas puedan probarlo y mejorarlo para que esté disponible en varias plataformas.”
“Me sentí como una profesional”, señaló Alejandra Salas, ganadora de la categoría más joven, y destacó que ya había programado juegos antes en su escuela, pero esta fue su primera vez concursando. Su juego estuvo inspirado en el Padre Almeida y tiene en mente desarrollar más niveles para el mismo.
Además, la UISEK y Robotic Minds realizaron varios talleres de creatividad e innovación para los participantes que les brindaron herramientas para perfeccionar sus proyectos. Los ganadores también recibieron becas UISEK y Robotic Minds, además de varios premios con la colaboración de Celerity, Super Paco, Logitech, Papa John´s, Vita, Solacyt y Kaspersky.
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